La Arquitectura Mudéjar de Aragón es el resultado de la fusión cultural entre Oriente y Occidente en la Europa medieval. Inscrito como Patrimonio Mundial Unesco el 14 de diciembre del año 2001 se le distinguía por su «universalidad, singularidad y autenticidad» y se extendía así la declaración de Teruel de 1986 destacando diez construcciones, conocidas como Bien Seriado de Arquitectura Mudéjar de Aragón, que tienen localización en Teruel, Zaragoza, Calatayud, Cervera de la Cañada y Tobed, reforzando el carácter de territorio y el proceso de gestión, reconocimiento y promoción.
Se trata de una arquitectura culta que conecta con la vida cotidiana, resultado del intercambio de conocimientos y experiencias entre
culturas, que actúa como un auténtico movimiento de vanguardia en el Medievo e influye en el urbanismo, el paisaje y la sociedad, pudiendo considerarse, según el profesor Gonzalo M. Borrás, como «la única creación genuinamente hispánica».
Un conjunto de torres, iglesias, palacios y entornos urbanos que, más allá de su tecnología, sus materiales, sus patrones ornamentales o el magnífico diseño de sus espacios, dialogan con el paisaje, la orografía, los colores y las texturas, se alimentan del entorno y nos muestran lugares de una belleza desconcertante y a merced de las variaciones de la luz y de las estaciones.