Lugar de encuentro de culturas a lo largo de su historia. Su legado fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999.
Eivissa – Ibiza, ubicada al sur de las Islas Baleares y favorecida por las corrientes marinas, la convirtió en un punto estratégico de las rutas de navegación mediterránea entre oriente y occidente. Este hecho favoreció el establecimiento de diversas culturas y la creación de un núcleo urbano importante, que tiene su origen con la llegada de los fenicios, representantes de una actividad comercial por todo el Mediterráneo que, además, crearon en Eivissa (topónimo oficial de la ciudad, conocida internacionalmente como Ibiza) un enclave mercantil que adquirió el máximo esplendor durante la época púnica (del VI a. C. al cambio de era).
De la misma época es la colonización rural y la explotación de los recursos naturales de la isla, así como su principal industria, la actividad salinera. La declaración de Eivissa, biodiversidad y cultura como Patrimonio de la Humanidad se presenta como una interrelación entre naturaleza y cultura, unos bienes que se encuentran históricamente ligados a través del mar y de las salinas.
A lo largo de siglos de historia, la isla fue receptora de un legado que fue reconocido por la UNESCO (4 de diciembre de 1999). Este organismo ha distinguido cuatro elementos culturales y naturales de Eivissa por su excepcionalidad, perfección técnica y universalidad; cuatro elementos que condensan la esencia de la isla y que son:
- El recinto amurallado de Dalt Vila (S. XVI)
- La necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins
- El Poblado fenicio de Sa Caleta (S. VIII a. C.)
- Las praderas de posidonia oceánica (algas marinas)
El recinto amurallado de Dalt Vila
En el s. XVI, en su política de defensa del Mediterráneo, Felipe II se vio obligado a renovar las antiguas murallas medievales de la ciudad y a convertirlas en el baluarte mejor defendido del Mediterráneo Occidental. Para esto utilizó la mejor técnica constructiva del Renacimiento, aplicando los modelos italianos a la fortificación abaluartada de Eivissa.
El recinto fortificado de Eivissa
Conserva su trazado original desde el s. XVI, fue proyectado por el ingeniero Giovanni Battista Calvi y posteriormente modificado y ampliado por Jacobo Paleazzo Fratín.
La necrópolis de Puig des Molins
El yacimiento arqueológico de Puig des Molins es, con 50.000 m2 de superficie, la necrópolis más extensa y mejor conservada de toda la cultura fenicio-púnica. Se conservan un número aproximado de 3.500 hipogeos, tipo de sepultura más característica del yacimiento.
El Poblado fenicio de Sa Caleta
A través del mar llegaron los fenicios, que se instalaron en los alrededores del paraje natural que conforma la Reserva Natural de Ses Salines. El origen de Sa Caleta puede remontarse al siglo VIII a. C. A partir de este momento, se irá configurando una progresiva trama urbana que se extendió por la superficie de la pequeña península de sa Caleta.
Praderas de posidonia oceánica
La claridad y la pureza de las aguas pitiusas (islas de Eivissa-Ibiza y Formentera) son producto de las extensas praderas de posidonias y su buen estado de conservación. Su existencia favorece la diversidad de comunidades biológicas excepcionalmente conservadas, algunas de elevado interés científico por su rareza en el Mediterráneo Occidental. Asimismo, recoge una rica biodiversidad que actúa como “hatchering” (reproducción y guardería de alevines) de numerosas especies.
- Web de turismo de Eivissa: https://www.illesbalears.travel/
- Web de Eivissa en la UNESCO: https://whc.unesco.org/en/list/417