Las huertas medievales del Generalife siguen dando sus frutos gracias a la apuesta del Patronato de la Alhambra y Generalife, dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, por mantener este espacio andalusí de gran valor medioambiental, histórico y cultural, y cuyos cultivos se destinan a entidades con fines sociales. Así, y siguiendo todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias para el Covid-19, se ha entregado la primera cosecha de la temporada, que incluía habas, alcachofas, espinacas y espárragos, a la Casa Hogar Manuel de Falla, de la Fundación Andaluza de Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (FAISEM).
Las huertas del Generalife destacan en el paisaje de la Alhambra por ofrecer, además de una despensa solidaria, algo singular, diferente y constante desde época andalusí hasta nuestros días: el de ser percibidas como lo que son, huertas ecológicas frondosas, con alineaciones de almeces que sujetan sus paratas o terrazas, con árboles frutales entre los que hoy aparecen almendros, kakis, nogales, manzanos, nísperos, membrillos, azofaifos, perales, laureles, higueras, melocotones, cerezos, ciruelos o granados de fruto y flor.
También es fácil identificar en algunos momentos del año las parcelas de alcachofas, berenjenas, espinacas, habas, melones, guisantes, ajos o cebollas, todos ellos cultivos andalusíes, así como especies llegadas de América a partir del siglo XVI, entre las que se encuentran calabazas, calabacines, patatas, pimientos, habichuelas o tomates.
Son cuatro huertas –Grande, Colorada, Fuente Peña y Mercería- y siete hectáreas en total dentro del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife que en 2019 ofrecieron una cosecha de 5.262 kilos de productos, alimentos que se cultivaron de una manera tradicional y se destinaron a distintos colectivos sociales como la Asociación Calor y Café, la Asociación Caraz o la Residencia de Mayores de la Junta de Andalucía en Armilla, entre otros, y a los campamentos de verano de las Casas de la Mimbre.